SUPERFICIES DE MADERA

CUIDADO DE LAS SUPERFICIES DE MADERA

La madera es un material vivo, incluso después de su transformación, y su cuidado es básicamente sencillo. Soporta el viento, el sol, la lluvia y las oscilaciones de temperatura. Para una limpieza regular, suele bastar con pasar un paño limpio, suave y sin pelusas. El abrillantador de muebles también puede refrescar la superficie, actuando como un cojín y protegiéndola de arañazos. Es importante cambiar el paño con regularidad, ya que las partículas de suciedad pueden dañar la superficie. Aplique el abrillantador con moderación y de manera uniforme, frote siempre en el sentido de la veta y continúe puliendo sin presionar hasta que la superficie esté seca: así se crea brillo y una película protectora que repele la suciedad. Las maderas con poros gruesos, como el roble o el fresno, no deben limpiarse cuando están húmedas, ya que la humedad puede transportar la suciedad al interior de los poros.

TRUCOS PARA DANOS EN MUEBLES DE MADERA

Quitar huellas de vasos

Las huellas de agua se quitan de inmediato pasando un paño para secar la superficie y posteriormente se tratan las superficies enceradas simplemente con cera de cuidado natural (“Naturholz-Pflege-Wachs”). Se pueden quitar o por lo menos reducir significativamente los colores grisáceos, las manchas permanentes de agua o de alcohol con el eliminador de humedad y manchas „Möbel-Kur“ (número de artículo: 25002)

Rasguños, grietas y marcas profundas

Los rasguños y las grietas en la madera pulida desaparecen mediante la aplicación de toques de una mezcla de vinagre blanco simple (las esencias de vinagre deben diluirse según las indicaciones del fabricante) y aceite neutro a partes iguales sobre las zonas afectadas y frotando repetidamente con un paño suave de lana. Puede rellenar las marcas profundas con cera de la misma tonalidad. Según la superficie, debe protegerse con laca o barniz, p.ej. la laca de reparación especial “Möbel-Kur” (número de artículo: 25002).

Huellas de presión y abolladuras

Las abolladuras no significan una catástrofe: Alise las abolladuras con papel de lija, hidrátelas y alíselas con un paño húmedo y una plancha. El paño debe estar lo suficientemente húmedo y la plancha no debe entrar en contacto directo con la madera. Una vez completamente seca, se vuelve a sellar la superficie.